Nuestros tiempos
Vivimos en una época de cambio constante. Todo es vertiginoso y en muchas ocasiones la situación nos supera.
Muchas veces podemos interactuar con la realidad que nos ha tocado vivir, analizar la situación desde diferentes perspectivas y cambiar de actitud frente a determinado problema. Otras, tenemos la impresión de estar ante un callejón sin salida, es como si estuviéramos empantanados y no pudiéramos seguir adelante.
No podemos cambiar muchas cosas porque no dependen de nosotros pero sí podemos cambiar nuestra actitud frente a ellas.
Si nos proponemos un cambio, necesitamos un espacio para poder trabajar y reflexionar sobre aspectos de nuestra forma de ser y de relacionarnos para poder vivir plenamente; para que las situaciones no nos superen.

Las decisiones
Muchos creen que uno es como es y que no puede hacer nada. “Eres así y no puedes cambiar”. Otros, en cambio, creemos lo contrario y hemos decido cambiar. No nos conformamos con haber nacido “así” y queremos cambiar algunas cosas. Es como un cambio de actitud: en lugar de ver la vida pasar y estar en una posición pasiva, intentamos ser “activos” y ser un actor y no un espectador.
La decisión de vivir una vida más plena es de cada uno de nosotros. Nadie va a hacer por nosotros lo que no hacemos nosotros mismos.

¿Qué hacer? ¿Cuándo?
Hay momentos en que tenemos la impresión de que ya no podemos más, todo es confuso y no hay soluciones a nuestro alcance para estar un poco mejor. Ese es el momento para empezar una terapia. Para comenzar a trabajar en nuestro proyecto, el proyecto de persona que queremos ser.
No siempre resulta fácil pero es una decisión que debemos tomar. Encontrar un espacio para pensar y trabajar sobre nosotros mismos.
Seguramente encontraremos resistencias. No es fácil acudir a un sitio, sentarse frente a un extraño y empezar a hablar de su vida privada. Tendremos, entonces, encontrar el momento adecuado pero no perdamos de vista que el correr del tiempo no soluciona las cosas.

Pero… ¿en qué consiste?
De lo que se trata es de empezar a pensar y a poder desplazarse de lugares que ocupamos. Esos lugares muchas veces nos han sido impuestos o los hemos ocupado porque estaban libres o porque no sabíamos muy bien qué hacer.
Pensando vamos a ir dándonos cuenta. Darse cuenta de la historia personal. Darse cuenta del tipo de relaciones que establecemos con los demás. Darse cuenta de cómo nos vemos a nosotros mismos y de cómo nos ven los demás.
Y luego vendrán las propuestas. Lo que nos propondremos: los caminos a seguir y las estrategias a emplear.

¿Y eso lleva mucho tiempo?
Cada individuo es diferente y nadie reacciona exactamente de la misma manera frente a diferentes cosas. Y cada uno de nosotros tiene su tiempo interno. Algunos podrán asimilar más rápidamente que otros determinadas situaciones. La propuesta es también trabajar con el tiempo y pensar por qué a veces tardamos tanto y otras no tardamos nada.
En todo caso, lo primero que tenemos que hacer es empezar a trabajar y luego iremos definiendo nuestros tiempos.

No hay comentarios: